Paolo Fabbri
Nació en Rimini, Italia en 1939.
Catedrático de Semiótica dell’Arte en la Facultad de Letras y Filosofía de la Universidad de Bolonia.
Desde 1998 dirige la Discipline dell'Arte, della Musica e dello Spettacolo di Bologna. Entre 1992 y 1996 dirigió el Instituto Italiano de Cultura en París.
Entre sus obras, Táctica de los signos. Ensayos de Semiótica, Gedisa Editorial, Barcelona, l996; La Svolta Semiotica, Laterza, Roma, 1998; Elogio di Babele, Meltemi ed., Roma, 2000; coordinador de la antología en 2 volúmenes Semiotica in nuce, (con G. Marrone), Meltemi, Roma, 2000. El giro semiótico, Gedisa, Barcelona, 2000.
Paolo Fabbri es coautor del modelo semiótico informacional y otros trabajos con Umberto Eco.
Umberto Eco
Nació en
Alessandria, Italia el 5 de enero de 1932
Se doctoró
en Filosofía y letras en la Universidad de Turín en 1954 con un trabajo que
publicó en 1956 El problema estético en
Santo Tomas de Aquino. Trabajó como Profesor en las universidades de Turín
y Florencia y después Milán. Después
como profesor de Comunicación visual en Florencia y 1966.
Por esos
años publicó sus importantes estudios de semiótica Obra Abierta 1962 y La
estructura ausente 1968 de sesgo ecléctico. Desde 1971 está en la catedra
de Semiótica en la Universidad de Bolonia.
En febrero
de 2001 creó en esta ciudad la Escuela Superior de Estudios Humanísticos,
iniciativa académica solo para licenciados de alto nivel destinada a difundir
la cultura universal. También cofundó en 1969 la Asociación Internacional de
Semiótica, de la que es secretario.
Distinguido
crítico literario, semiólogo y comunicólogo.
Las primeras aproximaciones a la
teoría de la comunicación las hizo a comienzos de los años 60 del siglo pasado,
en Obra abierta, donde retoma los trabajos seminales de la teoría matemática de
la información de Shannon y Weaver, para emplearlos en el análisis de
contenidos artísticos y literarios, con la medición de la cantidad de
información transmitida, la entropía y la previsibilidad del mensaje, aspectos
que no siempre se compadecen con la naturaleza sorpresiva, imprevisible y
creativa del mensaje artístico, aspecto éste que también suele darse en el
texto periodístico. La belleza estética se construye en el desorden, en la
sorpresa.
En Apocalípticos e integrados
hace uno de sus análisis más conocidos sobre la proyección de los usos y
consumos propios de la cultura de masas en distintos escenarios sociales. Los
'apocalípticos' aparecen como una élite aristocrática, pesimista y crítica que
refiere la decadencia cultural masiva, mientras que los 'integrados', sin
cuestionarse la naturaleza de esos consumos y la identidad de quienes los
inducen o sirven, participan plenamente del fenómeno y se impregnan de las
trazas culturales dominantes.
MODELO SEMIÓTICO INFORMACIONAL
Este modelo se plantea el problema de los efectos entendidos estos como una
manera de decodificar o
de interpretar los mensajes. Esta perspectiva es la más reciente de todos los
modelos (mediados de
los 60 y desde los 70) y ha sido influida por otros campos como el de la
semiótica.
Lo que tiene
de innovador este modelo, respecto a los demás, es:
· Idea del sentido y los significados de los mensajes.
· Introducción de factores semánticos en los mensajes.
Introducción
de unos códigos en el mensaje, mediante los cuales la gente se entiende entre
sí, por eso
hay que tener en cuenta que los emisores y los receptores compartan los
mismo códigos.
SE BUSCAN POR HABLADORES:
Un burócrata y un disidente del sistema -venga, querido lector- no hablan el mismo idioma. Los grandes amigos Eco y Fabbri en una tertulia bohemia reirían y afirmarían con la cabeza porque a pesar de compartir la misma lengua materna el burócrata y el disidente no comparten el mismo sub código.
Cuando en una larga cola para levantar una denuncia porque un esquelético desesperado te robo tu cámara comprendes que la señora que mastica desagradablemente el chicle y tú no se entenderén por esos errores idiomáticos, es ahí en ese momento donde nos quitamos el sombrero por ese par de italianos carismáticos.
Otro fenómeno similar es la brecha generacional y la tecnológica. Recordando al maestro Schramm la comunicación se logra cuando hablamos de temas en común. El burócrata y el disidente, como un perro y una gato, no se comprender.
IMBECIL está preocupado por ella pues después de todo le interesa que la comunidad no se entienda. No se despierten, ciudadanos, por favor.
Un burócrata y un disidente del sistema -venga, querido lector- no hablan el mismo idioma. Los grandes amigos Eco y Fabbri en una tertulia bohemia reirían y afirmarían con la cabeza porque a pesar de compartir la misma lengua materna el burócrata y el disidente no comparten el mismo sub código.
Cuando en una larga cola para levantar una denuncia porque un esquelético desesperado te robo tu cámara comprendes que la señora que mastica desagradablemente el chicle y tú no se entenderén por esos errores idiomáticos, es ahí en ese momento donde nos quitamos el sombrero por ese par de italianos carismáticos.
Otro fenómeno similar es la brecha generacional y la tecnológica. Recordando al maestro Schramm la comunicación se logra cuando hablamos de temas en común. El burócrata y el disidente, como un perro y una gato, no se comprender.
IMBECIL está preocupado por ella pues después de todo le interesa que la comunidad no se entienda. No se despierten, ciudadanos, por favor.
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